martes, 30 de noviembre de 2010

Premio Cervantes 2010 para Ana María Matute

Ella no se lo esperaba pero al final el premio fue para Ana María Matute. Después de no pegar ojo en la noche anterior a la mención del fallo, y en palabras de la propia Ana María «No he podido dormir, estaba muerta de nervios» y es que el premio Cervantes es el galardón a un largo recorrido de grandes logros literarios. En este caso es la tercera mujer que recibe el premio, sus predecesoras fueron: María Zambrano Y Dulce María Loynaz.


«He dado toda mi vida a esto que es escribir y ser parte de la literatura. Es pretencioso decir que este premio es un reconocimiento, porque quien tiene que reconocer a un escritor siempre es un lector, a quien llegas o no llegas, a quien le abres puertas o se las cierras. Pero sí, para mí es un reconocimiento. Si no a la calidad, sí al esfuerzo y a la entrega total». A sus diecisiete años público Pequeño teatro su primera novela pero a sus cinco años escribió su primer cuento. «Al principio del principio, decían que yo hacía algo así como tremendismo. No tenían ni idea. Entonces, España estaba tan cerrada al mundo que no sabían nada de nada. Y el pobre que tenía la valentía de escribir era juzgado con unos cánones limitados y un poquito malignos; mejor dicho un muchito malignos». Y ha pasado tanto desde entonces, ha llovido tanto que sigue: «Todo ha cambiado mucho, como era de esperar.»

Ana María Matute se mueve entre la fantasía, la edad media y el realismo. En su bibliografía hay novelas  como Olvidado rey Gudú (1996),  Aranmanoth  (2000), Paraíso inhabitado (2008) en los que trata estos temas. Pero también se puede encontrar desde ensayo Suiza y la migración: una mirada desde España (2004),  hasta cuentos o relatos, el último Cuentos de infancia (2002)  en los que se publicaron los textos escritos por la escritora cuando era una niña y que su madre guardo junto con sus dibujos.

Extractos:

Aquel invierno había cumplido diecinueve años. Sabía –pero jamás recordó cuándo, ni en qué circunstancias– que salió de caza, que estaba cansado y que se había tendido en la recién nacida hierba, muy cerca de la vertiente que descendía hacia el río. Aún había zonas de hielo y nieve sin derretir en las sombrías hendiduras, junto a la espesura que a la otra orilla del Oser iniciaba la selva.

Olvidado rey Gudú (1996)



Mientras intentaba enderezarse y recuperar su aplomo, el eco de una antigua voz regresó, le rodeó y se apoderó de todo su ser, devolviéndole a un niño que escuchaba el rumor de la ruecas y las palabras femeninas, aquel niño que buscaba secretos y descubría voces que viajaban por el tiempo, que se descolgaban del tiempo y del silencio.

Aranmanoth (2000)




Uno de mis recuerdos más lejanos se remonta a la noche en que vi correr al Unicornio que vivía enmarcado en la reproducción de un famoso tapiz. Con asombrosa nitidez, le vi echar a correr y desaparecer por un ángulo del marco, para reaparecer enseguida y retomar su lugar; hermoso, blanquísimo y enigmático.

Paraíso Inhabitado (2008)

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