martes, 8 de noviembre de 2011

Novedades, noviembre de 2011: Tusquets Editores

El cartógrafo de Lisboa de Erik Orsenna

NARRATIVA (F). Novela
Noviembre 2011
Andanzas 768
ISBN: 978-84-8383-361-2
País edición: España
336 pág.
19,23 € (IVA no incluido)

El 13 de agosto de 1476, Cristóbal Colón naufraga en aguas de Portugal. El futuro almirante acaba de cumplir veinticinco años. Milagrosamente, alcanza la costa sano y salvo, y se refugia en Lisboa, en casa de su hermano menor, Bartolomé, que ejerce el oficio de cartógrafo. Durante años, los dos hermanos trabajan juntos para preparar el viaje con el que Cristóbal sueña desde la adolescencia: llegar a Cipango (Japón) y al imperio del Gran Kan. Pero en lugar de seguir la ruta habitual, la de la seda, hacia el este, pretenden surcar el océano Atlántico rumbo al oeste. Y al hilo de este relato que narra, desde un punto de vista inédito, cómo fue posible la fabulosa aventura del descubrimiento de América, desfilan, entre muchos otros, un maestro cartógrafo, un rinoceronte, un fabricante de viudas, una prostituta, el siempre fascinante Marco Polo, fray Bartolomé de Las Casas y unos temibles perros devoradores de indios.


En la novísima ciudad de Santo Domingo, el palacio del Alcázar quiere evocar Sevilla. Pero no es más que una gran mole de piedra gris a orillas del río Ozama. Entremos sin miedo. Es poco probable que los guardias nos molesten: casi siempre están dormidos y sus ronquidos son prueba de que se han entregado a la noble actividad del sueño. Sigamos a mano izquierda y atravesemos dos capillas, una grande y otra pequeña. De nuevo a la izquierda, abramos una puerta. Nos parecerá que entramos en una tumba, de puro vacío y oscuro que está el recinto. Es el prestigioso y siniestro aposento que el virrey me ha concedido. El virrey es Diego, mi sobrino: el único hijo legítimo de Cristóbal.

La cola de la serpiente de Leonardo Padura

POLICIACOS (F). Las cuatro estaciones (Comisario Mario Conde)
Noviembre 2011
Andanzas 690/7
ISBN: 978-84-8383-362-9
País edición: España
192 pág.
15,39 € (IVA no incluido)

Unas cuantas calles casi en ruinas, asediadas por los escombros y los delincuentes, es lo que queda del viejo Barrio Chino de La Habana. Cuando se adentra en él un Conde ya ex policía, dedicado ahora a la compraventa de libros de segunda mano, no puede evitar recordar que estuvo en ese rincón exótico y agreste de la ciudad muchos años antes, en 1989. Todo surgió de la petición de la teniente Patricia Chion, mujer irresistible, para que le ayudara en un extraño caso: el asesinato de Pedro Cuang, un anciano solitario que apareció ahorcado y al que le habían amputado un dedo y grabado con una navaja en el pecho un círculo y dos flechas. Eran rituales de santería que obligaron a hacer pesquisas por otros ámbitos de la ciudad. Pero el Conde descubrió hilos inesperados, negocios secretos y una historia de abnegación y desgracias que le devolvió la realidad oculta de muchas familias emigrantes asiáticas. Como dice una expresión china, tuvo que encontrar la cola de la serpiente para llegar a la cabeza.


Los afanes por definir la esencia del chino se le habían revuelto aquella tarde de 1989 cuando, después de muchos años sin pisar el territorio agreste del Barrio Chino, el teniente había vuelto a visitar aquel viejo tugurio de La Habana, convocado esta vez por uno de los gajes de su oficio: habían asesinado a un hombre, solo que esta vez el difunto era, precisamente, un chino.
Como en casi todas las situaciones en que interviene un chino (incluso cuando sea un chino muerto), aquélla tenía sus complicaciones: por ejemplo, al hombre, que había resultado llamarse Pedro Cuang, no lo habían liquidado del modo simple y vulgar en que se solía matar en la ciudad. No había muerto de un tiro, o una puñalada, o de un golpe en la cabeza. Más aún: ni siquiera envenenado o incinerado. Para estar acorde con el origen étnico del difunto, aquél era un asesinato extraño, demasiado oriental y rebuscado para un país donde vivir resultaba (y resultaría, por mucho tiempo) más complicado que morirse: se trataba de un crimen casi diría que exótico, aderezado con ingredientes de difícil conjunción. Dos flechas rayadas con el filo de una navaja sobre la piel del pecho y un dedo cortado, por si se quieren más ejemplos.

Más allá del espejo de John Connolly

POLICIACOS (F). Otros
Noviembre 2011
Andanzas 769
ISBN: 978-84-8383-369-8
País edición: España
176 pág.
14,42 € (IVA no incluido)

Algo malsano flota todavía en el interior de la Casa Grady. En esa tenebrosa casa, perdida en las lindes de un denso bosque y de cuyas paredes cuelgan tal vez demasiados espejos, ocurrieron hechos atroces. Allí su dueño, John Grady, asesinó a varios niños tras secuestrarlos. Años después, el padre de una de las víctimas, que compró la casa para que nadie olvidara los crímenes cometidos en ella, tiene indicios de que una niña desconocida podría estar en peligro. Y acude a Charlie Parker para que evite una tragedia. El detective, que no duda en aceptar el caso, va en busca de todos los que conocieron a John Grady. Quizá logre así descubrir qué secretos oculta todavía la casa, aunque eso suponga atraerse la ira de esos seres espectrales que acuden siempre a la llamada del Mal.


Llegó a Maine en 1977 y compró una casa. Sus vecinos se acercaron a visitarlo y él los invitó a entrar a verla. Era una casa antigua, pero saltaba a la vista que John Grady tenía cierta experiencia en albañilería, porque estaba derribando tabiques, colocando parqué, rellenando grietas y sustituyendo las tuberías viejas. Sus vecinos nunca se quedaban mucho rato, ya que John Grady era a todas luces un hombre muy ocupado, aunque de dudoso gusto. El papel pintado original, uno caro, ya había desaparecido, y ahora ocupaba su lugar otro más barato, sin adornos. La cola que Grady usaba era creación suya y apestaba, lo cual proporcionaba a los vecinos una razón más para no prolongar su visita. Grady llevaba a cabo todo el trabajo solo. Hablaba de sus proyectos para la casa y se notaba que la había creado ya en su cabeza. Hacía referencia a cortinajes rojos y mullidos sofás de terciopelo, a bañeras con patas en forma de garra y mesas de caoba para el comedor. Era, sostenía Grady, un trabajo hecho con amor, pero la gente, al contemplar aquel papel pintado barato y oler la hedionda sustancia con que lo había encolado, lo catalogaba de fantasioso.
John Grady raptaba niños. Se llevó al primero, el pequeño Mattie Bristol, de North Anson, en el otoño de 1979; al segundo, Evie Munger, de Freyburg, en la primavera de 1980; al tercero, Nathan Lincoln, de South Paris, en el verano de 1980; a Denny Maguire, la cuarta víctima y único superviviente, lo raptó mientras volvía del colegio, en Belfast, la tercera semana de mayo de 1981; y su última víctima, Louise Matheson, desapareció cuando iba de su casa en Shin Pond a la de su mejor amiga, Amy Lowell, el 21 de mayo de 1981.

Sueño con mujeres que ni fu ni fa de Samuel Beckett

NARRATIVA (F). Novela
Noviembre 2011
Andanzas 770
ISBN: 978-84-8383-281-3
País edición: España
304 pág.
17,31 € (IVA no incluido)

Desarraigado, inadaptado allí donde va, el joven poeta Belacqua deambula por paisajes neblinosos de ciudades como París, Viena o Dublín en busca de no sabe muy bien qué, pues sólo aspira a habitar lo que él llama su «uterotumba»: su mundo interior, sus pensamientos, su feliz tristeza. En torno a él, en un desencuentro perpetuo, pululan amigos como Liebert, el Oso Polar, el Mandarín o Chas, y mujeres que, como Smeraldina-Rima, Syra-Cusa o Alba, esperan del confuso Belacqua lo que éste no les da. Sin embargo, no es capaz de apartar a esas mujeres de sus ensoñaciones, lo que le causa numerosos desvelos y contratiempos. Y mientras revive fugazmente episodios de su infancia, se topa con guardias y profesores, y cavila en lo que hará y escribirá en el futuro, Belacqua, artista adolescente, avanza ebrio, o enfermo, o malhumorado, las más de las veces solo, bajo una lluvia dublinesa que cala hasta los huesos.

Belacqua estaba sentado en un puntal al final del muelle de Carlyle bajo la llovizna, enamorado de cintura para arriba de una muchacha patosa que atendía por el nombre de Smeraldina-Rima, a la que se encontró una noche cuando por casualidad resultó que él estaba cansado y la cara de ella parecía más bella que lerda. fue la fatiga en esa ocasión fatídica lo que facilitó que se fijara sólo en su faz y en aquella parte de la moza que, por lo que atinó a ver, resplandecía con un brillo poco común, pues para entonces andaba ya tan abstraído que estaba resuelto a renunciar a todo y a echar amarras en los serenos requesones de sus pechos, que había percibido con premura tras contemplar unas facciones que no daban ganas sino de morirse sólo de verlas, como alguien que en ausencia del seno de Abraham no echara en falta mejor compañía para ir tirando por este mundo frágil en el que todo son tentaciones y títulos nobiliarios. Así las cosas, antes de poder examinar la naturaleza de los sentimientos que le inspiraba la muchacha, ésta dijo que nada le importaba, ni allá arriba, en los cielos, ni aquí abajo, en la tierra, ni siquiera en las corrientes subterráneas; nada le importaba tanto como la música de Bach, y que en ese preciso momento se disponía a marchar a Viena de una vez por todas para estudiar pianoforte. de resultas de todo ello los requesones 14 de la muchacha extendieron sus ventosas de sargazos y en-redaron a Belacqua.

Paseos con mi madre de Javier Pérez Andújar

NARRATIVA (F). Novela
Noviembre 2011
Andanzas 771
ISBN: 978-84-8383-398-8
País edición: España
184 pág.
14,42 € (IVA no incluido)

Este libro es un emocionante homenaje a los bloques de edificios que rodean Barcelona, y a los que la ciudad ha dado la espalda. A través de un paisaje autobiográfico, pero intercambiable con el de todas las ciudades del mundo, el autor descubre escenas de sí mismo, e historias épicas y conmovedoras. Para ello recorre sus calles, la orilla del río Besòs y la playa al pie de la central térmica paseando con su madre. Le salen al encuentro los fantasmas de los antiguos amigos y vecinos, las colas del paro, el impacto de las primeras superficies comerciales, los conciertos en los campos de fútbol, las luchas vecinales y las huelgas obreras. Las conquistas y las derrotas de una generación que llegó a Barcelona venida de mil sitios. Memoria personal y crónica de urgencia con su hermosísima aleación de humor y poesía, este libro es también un ajuste de cuentas y una indagación en busca de una identidad que, al final, el autor va a descubrir en la voz de su madre.


Mi madre me pregunta de qué lo conozco, y le recuerdo cuando también ella lo conocía. Saliendo del río nos vamos a la playa por la duna recién nacida. A la orilla del mar las olas se desmayan como náufragos que acaban de llegar a tierra. Vuelan las gaviotas entre las tres chimeneas de la central eléctrica, y parece que estemos delante de esas estrellas que se apagaron hace millones de años pero que todavía se siguen viendo. O quizá delante de las tres letras del TBO convertidas en monumento. Han dejado clavada una vara en la arena igual que queda una jabalina hincada en un animal agonizante. En tierra las barcas de los pescadores llevan siglos bocabajo. El sol del mediodía caldea el viento frío que viene del mar y pasa igual que un fantasma entre nosotros. La carcoma se va comiendo la madera de las barcas.

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