martes, 19 de junio de 2012

Novedades, junio de 2012: Anagrama (y II)


Todo esto para qué de Lionel Shriver

ISBN 978-84-339-7838-7
PVP con IVA 24.90 €
Nº de páginas 560
Colección  Panorama de narrativas
Traducción Daniel Najmías

A Shep Knacker no le ha ido nada mal en los negocios, pero desde la adolescencia sueña con retirarse todavía joven a un paraíso tercermundista, donde sus dólares valdrán mucho más y le durarán para siempre. Shep ya tiene el capital necesario para hacer real su sueño, pero su esposa, a quien él suponía comprometida con su proyecto, ha ido demorando la partida con distintos pretextos. Pero ahora Shep ha quemado las naves –o eso cree él– y ha comprado billetes, sólo de ida, para la isla de Pemba, cerca de Madagascar. Y entonces ella le revela que tiene una enfermedad rara y de muy mal pronóstico, un mesotelioma peritoneal, y que él no puede dejar su trabajo porque ella necesita su seguro médico para los tratamientos todavía experimentales que pueden salvarla... Una novela sobre el esplendor y las miserias de la clase media-baja americana, escrita con un notable despliegue de talento y ferocidad.
«Una novela vigorosa» (Terry Apter, Times Literary Supplement).
«Un grito furioso... La autora va mucho más allá de las fábulas hollywoodienses y pide cuentas a la sociedad americana y a un sistema que profundiza las desigualdades sociales» (Christine Ferniot, Lire).
«Shriver, una escritora arriesgada y con una imaginación proteica, nos presenta otra novela deslumbrante y provocativa» (Publishers Weekly).


Flores en las grietas (Autobiografía y literatura) de Richard Ford

ISBN 978-84-339-7840-0
PVP con IVA 17.90 €
Nº de páginas 224
Colección  Panorama de narrativas
Traducción Marco Aurelio Galmarini

Este libro reúne por primera vez los textos memorialísticos y ensayísticos de Richard Ford, en los que reflexiona sobre la literatura y la vida, sobre la vida como germen de la literatura y sobre la literatura como indagación en los misterios de la vida. Hay textos íntimos como el recuerdo de un instante de felicidad con su padre o de la etapa adolescente que pasó en el hotel regentado por su abuelo tras la muerte de su progenitor. Y textos sobre literatura: el sentido de la escritura; el proceso creativo; del placer de la lectura; el cuento entendido como género de la audacia y la concentración narrativa; Chéjov como fuente de la que brota toda la cuentística contemporánea; Carver como ser humano, más allá del genio literario y del mito; la poderosa verdad narrativa de escritores como Richard Yates o James Salter... Un libro imprescindible para completar el canon fordiano, para descubrir sus fuentes de inspiración, las claves íntimas de su universo literario y su pasión de lector.


Una vez escribí un relato en el que una niña anglocana­diense le dice a un joven de la tribu de los pies negros: «Para mí, un indio no es más que un obstáculo en la carretera.» Poco después recibí una llamada telefónica de un profesor de la Universidad de Carolina del Norte que me pregunta­ba qué sabía yo de «jóvenes indios tendidos por la noche en las carreteras», pues su investigación revelaba que, en Estados Unidos, eso era una causa frecuente de muerte entre los varones nativos. Tuve que explicarle que no había hecho ninguna investigación sobre el tema, que simplemente di con esa frase una mañana, me gustó y la dejé en el relato confiando en que si yo podía pensarla, sin duda alguien más lo había hecho ya. En otras palabras, la había construido sin tener un conocimiento especial sobre los indios, pero tras haberme pasado la vida prestando atención a los seres hu­manos. Y ése es, supongo, el extraño poder de la imaginación, que si bien no es fiable para dar con verdades seguras, al menos arroja luz sobre hechos nuevos que, si nos convencen, se transforman en verdades.

La verdad sobre Marie de Jean-Philippe Toussaint

ISBN 978-84-339-7841-7
PVP con IVA 14.90 €
Nº de páginas 144
Colección  Panorama de narrativas
Traducción Javier Albiñana

Una quinta parte de esta novela la ocupa una escena antológica que ningún lector podrá olvidar: el embarque de un purasangre en el aeropuerto de Tokio. Es de noche, llueve a cántaros. El caballo, despavorido, ha despistado a sus escoltas japoneses, a su propietario francés y a su amiga con su pila de maletas, y se ha sumergido al galope en la oscuridad del aeropuerto. ¿Cómo encontrar, apaciguar y domeñar al purasangre enfurecido al que, habida cuenta de su fama y de su precio, no pueden sacrificar ni herir? Épico y regocijante. Alejandro Dumas pasado por el Nouveau Roman. Flaubert narrándonos un grave incidente en la zona de flete de un aeropuerto. Hay elementos de fatalidad antigua en esa literatura tan moderna por su escritura y por sus mecanismos. Toussaint es un dios del Olimpo que, según Bernard Pivot, ya sea con benevolencia o furor, manipula a unas criaturas perfectamente elegidas y las proyecta a aventuras planetarias.
«Un logro. Un gran libro fascinante que combina inextricablemente el deseo erótico, el de ver y el de escribir como si se participara de una misma pulsión» (Nelly Kapriélian, Les Inrockuptibles).
«Un libro prodigioso sobre el amor» (Olivia de Lamberterie, Elle).
«Toussaint está crean­do libro a libro una de las obras literarias más fascinantes de nuestra época» (Nicholas Lezard, The Guardian).


Meses antes, Marie había copiado en su portátil un programa que permitía descargar música con total ilegalidad. Marie, que habría sido la primera sorprendida de habérsele advertido del carácter ilegal de sus actos, Marie, mi pirata, que además pagaba a precio de oro a un despacho de abo­gados y juristas internacionales para luchar contra la falsifi­cación de sus marcas en Asia, Marie se incorporó y atravesó la penumbra de la habitación para descargar en el portátil una pieza musical suave y bailable. Había encontrado un viejo show de su agrado, lánguido y de lo más kitsch (me temo que teníamos los mismos gustos), y se puso a bailar sola en la habitación entreabriéndose el camisón, regresando descalza hacia la cama, los brazos cual sinuosas serpientes que improvisaban arabescos arabizantes en el aire. Se sentó junto a Jean-Christophe de G., que le pasó cariñoso la mano bajo el camisón, pero Marie se echó bruscamente hacia atrás y lo rechazó con un ambiguo ademán de exasperación que podía pasar por un simple «manos quietas» irritado al notar el contacto de su mano tibia en su piel desnuda. Tenía mu­cho calor, Marie tenía muchísimo calor, reventaba de calor, se sentía pringosa, sudaba, se le pegaba la piel, le costaba respirar en esa atmósfera sofocante y viciada del cuarto. Abandonó el cuarto como un vendaval y volvió del salón con un ventilador de rejilla que enfocó hacia la cama po­niéndolo inmediatamente a la máxima velocidad. El venti­lador se puso en marcha lentamente, alcanzando raudo su velocidad de crucero y proyectando estrepitosamente en el aire turbulentas bocanadas que les fustigaban la cara y les agitaban los cabellos sobre los ojos, él luchando para reco­gerse un mechón en la frente, ella, dócil, la cabeza gacha, ofreciendo con fruición su melena al aire, lo que le daba aire de loca, o de Medusa. Marie y su agotadora atracción por las ventanas abiertas, los cajones abiertos, las maletas abier­tas, su afición al desorden, al desmadre, al caos, a la debacle, al aire revuelto y a las ráfagas.

Ha dejado de llover de Andrés Barba

ISBN 978-84-339-7243-9
PVP con IVA 16.90 €
Nº de páginas 208
Colección  Narrativas hispánicas

Ésta es una «novela de nouvelles», el retrato de una ciudad compuesto por cuatro variaciones sobre un mismo tema: una persona, súbita y accidentalmente, entiende por fin la vida de otra. La paternidad, la infidelidad, la muerte, la incapacidad para comunicar los propios sentimientos, la irrupción súbita del amor, la fascinación por el otro, la arquitectura del deseo, el miedo a la felicidad, los temas centrales que hacen temblar las vidas de los protagonistas de estas excelentes nouvelles son, en realidad, los temas de cualquier vida, magistralmente elaborados por un autor de quien se ha dicho:
«Andrés Barba no necesita ayuda alguna. Tiene ya un mundo intencional perfectamente cerrado y una maestría impropia de su edad» (Mario Vargas Llosa).
«Para mí Barba se ha vuelto un escritor imprescindible» (Rafael Chirbes).
«Un nuevo grande de España, eso es todo» (Lire).
«Barba ha entendido perfectamente la agresividad que a veces define nuestros encuentros románticos y la limpidez de su prosa es el vehículo perfecto» (Times Literary Supplement).


Tal  vez  lo  más  sencillo  y  lo  más  honesto  habría  sido contestar simplemente que no era famoso. Sólo muy de cuando en cuando le paraba alguna veinteañera por la calle para preguntarle si era él, y sólo muy de cuando en cuando alguien le pedía que le firmara un disco. No sabía si aquello era o no suficiente para ser considerado famoso, lo que sí sabía era que había sido más que suficiente para despertar la envidia despreciativa de la mitad del mundo musical independiente madrileño. De su pequeña celebridad, aquel fenómeno de la envidia fue la primera consecuencia y también la más persistente de todas. Una envidia rencorosa y fea, acomplejada, que le hizo perder a varios amigos y sentirse enfadado en más de una ocasión. Solía manifestarse de manera velada y con falsos piropos, a veces con comentarios acerca de lo mucho que le interesaba la música que hacía antes (cuando no tenía ningún éxito) y lo poco que le interesaba la que hacía ahora (que sí lo tenía), o con una manera aún más velada de evitar cualquier conversación que tuviera que ver con lo que componía en aquel momento. Su pequeña celebridad tuvo también otras consecuencias más extrañas y menos previsibles: vivió durante aquellos años como si muchos de sus deseos se hubiesen extinguido en él, deseos obvios y esquemáticos que al haber sido satisfechos le dejaban de pronto un regusto cercano al de la humillación, como un niño que ha estado toda una tarde berreando para que le compren un algodón de azúcar y cuando lo tiene en la manos siente de pronto su pringue, su excesivo dulzor, y que el cumplimiento de su deseo genera de inmediato otros deseos adyacentes; el agua para saciar la sed, la necesidad de lavarse las manos. Ni siquiera había un deseo propiamente dicho, sino más bien la sensación de que el éxito había reducido el mundo a su estricto significado y a un curioso embotamiento  de  las  realidades  más  físicas,  de  sus  juicios,  de  la música, de su juventud.

Nubosidad variable de Carmen Martín Gaite

ISBN 978-84-339-7610-9
PVP sin IVA 21.06 €
PVP con IVA 21.90 €
Nº de páginas 416
Colección  Otra vuelta de tuerca

Sofía Montalvo y Mariana León fueron amigas en el colegio. Sofía se ha visto atrapada en una oscura existencia de esposa y madre de familia. Mariana, cuya trayectoria amorosa resulta más confusa que apasionada, ha logrado convertirse en una brillante psiquiatra. Al cabo de más de treinta años, el azar las hace coincidir en un cóctel y el recuerdo de su amistad desencadena en ambas una revolución interior. Mariana evoca la afición de Sofía por las palabras, animándola a escribir. Con la sensación de quien se dispone a ordenar el cuarto donde se amontonan los miedos, objetos, presencias y fantasías, Sofía estrenará su primer cuaderno. Entretanto, Mariana se ha marchado de Madrid sin avisar a nadie y compone para Sofía cartas que no se atreve a echar al correo y en las que va tomando el pulso a su desintegración psicológica. Con esta novela la autora logró una de las obras maestras más celebradas de la literatura española contemporánea.
«Una gran novela, un libro fascinante, y quizás la obra maestra de su autora» (Rafael Conte, ABC).
«Martín Gaite ha escrito una novela perfecta. Absolutamente recomendable» (El País).


La mujer del teniente francés de John Fowles

ISBN 978-84-339-7613-0
PVP con IVA 21.90 €
Nº de páginas 456
Colección  Otra vuelta de tuerca
Traducción Ana María de la Fuente

Bahía de Lyme, 1867. El joven Charles Smithson ha ido a visitar a su prometida. Llevado por su afición a la paleon­tología, hace largas excursiones por los bosques en busca de fósiles. En una de ellas conoce a Sarah Woos­roff, a la que los lugareños llaman «la mujer del teniente francés», por el romance que vivió con un marino de esa nacionalidad que después la abandonó. Entre ambos personajes nace un amor apasionado que chocará violentamente con la rígida moral victoriana. Manipulando ingeniosamente las convenciones del narrador omnisciente decimonónico y los clichés de la novela victoriana, Fowles construye un brillantísimo libro que, por un lado, relata una apasionante historia de amor y, por otro, propone una aguda reflexión sobre el sentido último de la literatura. La novela fue objeto de una aplaudida versión cinematográfica protagonizada por Meryl Streep y Jeremy Irons.
«Magnífico tour de force» (Times Literary Supplement).
«Una espléndida, lúcida y muy satisfactoria creación artística» (J. Price, New Statesman).
«Un libro apasionante y una insuperable muestra de talento narrativo» (John Higgins, Financial Times).
 

La ética de la crueldad de José Ovejero

ISBN 978-84-339-6341-3
PVP con IVA 16.90 €
Nº de páginas 200
Colección  Argumentos

Estamos acostumbrados a ser testigos de violencias extremas, torturas, violaciones y humillaciones en todas las formas del arte. A menudo la crueldad allí desplegada se nos presenta como espectáculo. Sin embargo, hay una crueldad que no satisface el morbo del espectador ni corteja sus valores, sino que lo confronta con sus hipocresías y sus miserias. Es ética en el sentido de que pretende una transformación del lector, aunque a veces tenga que agredirle para ello: no le ofrece certidumbres sino lo contrario. Este libro defiende una literatura contraria a la cultura del espectáculo y a la asepsia posmoderna, una literatura que aborrece lo inocuo y lo complaciente. José Ovejero ilustra su propuesta teórica con una original exploración de novelas de Bataille, Canetti, Luis Martín-Santos, Cormac McCarthy, Onetti y Jelinek, autores crueles cada uno a su manera. Después de leerlos, no se puede seguir viviendo como antes de hacerlo. Y lo mismo le sucederá a quien lea este ensayo.


Porque en pocos países ha asumido el espectáculo cruel un lugar tan central en la cultura nacional, hasta el punto de convertirse en un símbolo metonímico, y algo banal, de lo español, como la salsa lo sería de lo caribeño, el flamenco de lo andaluz y la pasta de lo italiano, de forma que los anuncios turísticos suelen contener referencias a esos elementos identificadores que todos conocen; aunque también el cine de todo el mundo ofrece crueldad a raudales, ésta no tiene lugar de manera inmediata y original, es un producto creado para una reproducción tendencialmente infinita e idéntica cada vez, carece de ese elemento de irrepetibi­lidad que contiene la corrida y que por cierto compar­te con las ejecuciones públicas del pasado; si éstas eran consideradas obscenas por quienes pensaban que el público se envilecía acudiendo a ellas, y alabadas por quienes las juzgaban útiles por su carácter ejemplar, también las corridas son criticadas porque en ellas, aunque la parte de ritual no sea desdeñable, el público se divierte con un espectáculo en el que la muerte tiene de verdad lugar: lo aniquilado no recobra la vida, la sangre del toro, o del torero, queda derramada para siempre. El espectador de la corrida no se recrea en una representación sino que precisamente disfruta del pla­cer que provoca lo trágico cuando va unido a lo irre­mediable. Sólo así la ejecución del animal puede pro­vocar una emoción genuina; los ritos no son una mera repetición de gestos, aunque requieran dicha repetición; lo que los vuelve profundos es que la reproducción precisa de movimientos, la enunciación de ciertas pa­labras que no cambian, el uso invariable de determina­dos colores o instrumentos, van unidos a emociones que cada vez adoptan matices diferentes; el fiel y el espectador de la corrida saben que detrás de las repeti­ciones fluye la vida, y por tanto lo impredecible, lo nuevo, lo efímero.

Porque la vida no basta. Encuentros con Miquel Barceló de Michael Damiano

ISBN 978-84-339-0795-0
PVP sin IVA 21.06 €
PVP con IVA 21.90 €
Nº de páginas 344
Colección  Biblioteca de la memoria

A finales de 2008, Miquel Barceló invitó a Michael Damiano, un estudiante norteamericano de veintidós años, a vivir en su taller de París. Durante el siguiente año, Michael llegaría a conocer profundamente al pintor, pasando tardes con él en París y acompañándole en viajes a Barcelona, Ginebra o el País Dogón de Mali. También estudiaría la personalidad del artista a través de conversaciones con los miembros de su círculo más íntimo. Este libro, el resultado de este proceso de investigación personal, relata la vida singular de Barceló desde sus años radicales de pobreza en la Mallorca posfranquista hasta las vicisitudes de sus grandes proyectos públicos y sus triunfos y frustraciones en el mundo del arte internacional. De ahí surge el retrato de un hombre brillante y contradictorio, un hombre, en palabras del autor, «de enorme generosidad y a la vez de gran egoísmo, con un lado cariñoso y otro peligroso».
«En estas páginas vemos el arte de Barceló: sus cuadros, sus murales, sus esculturas se alzan ante nosotros, cobran vida, casi respiran... gracias a la maestría descriptiva de Michael Damiano» (Rodrigo Rey Rosa).


Miquel proyecto pintura gris-vert un gris verdoso con tonos azulados en un lado de la superficie tridimensional y una gama de colores brillantes en el otro, y por ello, al circular por el perímetro de la sala redonda, los colores empiezan a aparecer primero al borde de la pintura gris-vert, luego compartiendo las formas de las estalactitas y finalmente —al otro extremo de la sala— dominando el paisaje con un impacto policromo. Al caminar por la sala me doy cuenta de que las formas también cambian. La singular e irregular topografía del enorme mural hace que la cúpula tenga un aspecto diferente desde cada punto de la sala.
La sala esta casi llena. Mujeres con vestido largo, hombres con traje oscuro y una decena de fotógrafos que circulan entre  la multitud. Me parece que pronto va a dar comienzo el acto y decido presentarme a Miquel. Sera nuestro primer encuentro. De repente, en las dos inmensas pantallas situadas al fondo de la sala, veo un primer plano del rostro de Barceló, enorme. Frente a una de las pantallas hay mucha gente y un hombre carga con una cámara de televisión. El objetivo enfoca a Barceló, que los saluda a todos, uno por uno, mientras más gente trata de acercarse a él. Me aproximo y me quedo rondando dubitativo entre la muchedumbre hasta que un hombre de unos sesenta anos vestido con traje negro me mira insistentemente. «¿Eres Adán?», me pregunta. «No», respondo, pero no dejo que se aleje. No es posible que este buscando aquí a otro americano de veintiún anos. Es Biel Mesquida, poeta mallorquín y amigo de Barceló desde la adolescencia de este en Palma, y resulta que si me busca a mi. María Hevia, directora del Fondo Documental Miquel Barceló, le ha pedido que vaya en mi busca. «¿Te has presentado a Miquel?», me pregunta. Como Mariscal hace seis meses, se ofrece a ayudarme y avisa a Miquel.
El aspecto de Miquel es muy diferente del de los asistentes a la inauguración. En lugar del traje oscuro y sobrio imperante, viste un conjunto extraño y discordante: pantalones morados, americana de tela basta y camisa blanca abotonada hasta el cuello pero sin corbata. Lleva el cabello de punta y engominado. Es un peinado moderno, con estilo, pero que no encaja con las entradas que luce a sus cincuenta y un años.

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