lunes, 11 de junio de 2012

Novedades, junio de 2012: Tusquets Editores


Suicidio perfecto de Petros Márkaris

POLICIACOS (F). Otros
Junio 2012
Andanzas CA - 650/3
ISBN: 978-84-8383-418-3
País edición: España
408 pág.
19,23 € (IVA no incluido)

El comisario Kostas Jaritos se aburre. Está de baja, recuperándose de una delicada operación después de que, durante la investigación de un caso, le dispararan en el pecho. Por toda distracción, recibe algunas visitas, lee los periódicos y mira la televisión. Precisamente, una noche ve cómo, en un programa de entrevistas, el constructor Iásonas Favieros, que ha amasado una fortuna en los últimos veinte años y ahora está enriqueciéndose como nunca con las obras de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, se suicida ante las cámaras y conmociona a todo el país. Se desata un alud de noticias, hipótesis e incluso de comunicados de extrañas organizaciones, y Kostas, convertido en un ciudadano más, primero reflexiona y luego, todavía convaleciente, decide investigar. En esa Grecia preolímpica que se debate entre un pasado difícil de olvidar y la arrolladora modernidad, origen de muchos de sus futuros problemas, arranca este nuevo caso del comisario Jaritos.


No es que me urja que me reconozca un médico; sencillamente, me lo paso bien con el novio de mi hija, Fanis Uzunidis. Mi amistad con Fanis ha seguido un proceso inverso al de la Bolsa de Atenas. Mientras los valores tocaban techo y empezaban a bajar, nuestra relación llegó a su punto más bajo, para después comenzar a mejorar. Lo conocí como cardiólogo de guardia una noche en que me ingresaron en el Hospital General Estatal con un amago de infarto. Me cayó bien, por que siempre sonreía y bromeaba conmigo. Luego supe que se había liado con mi hija y me enfadé. Al final, por deferencia hacia Katerina, acabé aceptando la idea de su relación, aunque él seguía inspirándome recelo. No lograba ahuyentar la sensación de que había traicionado mi confianza, y todo aquel que ha pasado por las escuelas de la policía está obsesionado con la traición. En cuidados intensivos lo noté más cercano a mí, y no precisamente por razones médicas. Siempre aparecía a eso de las doce del mediodía, poco antes de la comida, con una sonrisa en los labios. Y cada vez me llamaba algo distinto, desde el «¿Cómo estamos, señor comisario?» y el «¿Cómo va mi futuro suegro?», hasta el irónicamente enfático «¡Papá!». Esto ocurría tres o cuatro veces al día y también por la noche, cuando es taba de guardia; intentaba indagar con disimulo cómo me sentía y si necesitaba algo. Me enteré de eso por boca de las enfermeras, que, de vez en cuando, me confiaban: «Tenemos que cuidar bien de us ted, si no, el doctor Uzunidis nos reñirá».

Visado para Shangai de Qiu Xiaolong

POLICIACOS (F). Otros
Junio 2012
Andanzas CA - 785
ISBN: 978-84-8383-419-0
País edición: España
384 pág.
18,27 € (IVA no incluido)

Poco después del descubrimiento de un cadáver horriblemente desfigurado en el apacible parque Bund, uno de los enclaves más populares de Shanghai, al inspector jefe Chen Cao le encargan una delicada misión: debe colaborar con una agente de policía estadounidense que está a punto de llegar a la ciudad. La inspectora Catherine Rohn, que trabaja para el Departamento de Justicia de Estados Unidos, ha venido a buscar y custodiar a una joven, llamada Wen Liping, cuyo marido es un importante testigo en un juicio contra el jefe de una de las temibles tríadas. Las cosas empiezan a torcerse cuando la joven Wen desaparece sin dejar el menor rastro. Y mientras atiende a la guapa inspectora, intentando que se lleve del país y de la policía china la mejor impresión posible, Chen tiene que embarcarse en la búsqueda de Wen.


Mientras Zhang se alejaba apresuradamente, Chen se detuvo a examinar el cuerpo. Era un varón de cuarenta y pocos años, de altura y complexión medianas, vestido con pijama de seda de aspecto caro. Tenía el rostro manchado de sangre y con cortes profundos, y el lado izquierdo del cráneo se veía aplastado debido a un fuerte impacto. Resultaba difícil imaginar cuál podía haber sido su aspecto cuando estaba vivo, pero no se requería ser médico forense para ver que le habían asestado más de una docena de golpes con un arma afilada y pesada, más pesada que un cuchillo. Los cortes en los hombros eran tan profundos que dejaban el hueso a la vista. Teniendo en cuenta las múltiples heridas, la cantidad de sangre que había en el suelo era sorprendentemente escasa.
La chaqueta del pijama sólo tenía un bolsillo. Chen metió la mano. No había nada. Tampoco vio ninguna etiqueta en la ropa. Tocó con cuidado la mandíbula inferior y el cuello del cadáver, que no estaban ensangrentados. La rigidez era perceptible, pero el resto del cuerpo aún estaba bastante blando. Había cierta lividez en las piernas. Al presionar con el dedo, las manchas purpúreas emblanquecieron, de manera que era probable que la muerte se hubiera producido cuatro o cinco horas antes.
Levantó un párpado del muerto: un ojo inyectado en sangre miró fijamente el firmamento, moteado de nubes. Las córneas no se habían vuelto opacas todavía, lo que confirmaba que la muerte había sido reciente.

Pérdida de Gudbergur Bergsson

NARRATIVA (F). Novela
Junio 2012
Andanzas CA - 784
ISBN: 978-84-8383-417-6
País edición: España
152 pág.
13,46 € (IVA no incluido)

Cuando se ha llegado al final del camino y por delante apenas se vislumbra nada más que la desaparición o la eternidad, ¿hacia dónde vuelve uno la mirada? Casi indefectiblemente, hacia el pasado. En la soledad de su casa, un escenario que ha sido testigo de tantos instantes únicos, el protagonista recuerda lo que ha sido su vida, su temprana viudez, su peculiar relación con las mujeres, con los hijos, los amigos, los vecinos y el trabajo. Nada rompe el silencio de las estancias, excepto el zumbido del hervidor de agua, un fondo musical cotidiano para la despedida de un anciano ahora solitario y su existencia, un hombre abocado a un destino inevitable y que ha visto que sólo el amor (y el desamor) es capaz de traspasar la frontera que separa la vida y la muerte.


Parece que ahora ya sabe dónde está: en un sitio habitual del dormitorio de su casa, aunque no recuerda cuántos años lleva viviendo allí. Fija los ojos en las paredes pero ha perdido todo interés por ellas. Igual que por el mundo. Aunque no desee morir, muchas veces le viene un ansia de estar muerto o de llevar muerto mucho tiempo. Debería haber desaparecido ya. Eso habría sido lo más natural.
Comprende una cosa más: cuanto más envejece, con tanta más fuerza se aferra a la vida, aunque no hace nada por alargarla.
Después de un instante se da la vuelta, se echa de nuevo sobre el costado derecho, estira la mano hacia la mesilla, busca el despertador y mira las manecillas. No necesitaría hacerlo, sabe que siempre se despierta a la misma hora, cuando para las personas normales ha pasado ya el mediodía. Antes, no se despertaba nunca para ir a trabajar hasta que sonaba el despertador. En esos años se metía en la cama cansado. Ahora ya no suena, él se despierta, vuelve a dormirse y se olvida de sí mismo durmiendo, aunque no lo hace para olvidar obligación alguna.
Todo está tranquilo. No oye ni un ruido. Es verano, la luz inunda la habitación.

Últimas noticias de la prehistoria de Yves Coppens

CIENCIAS SOCIALES (NF). Antropología
Junio 2012
Metatemas MT - 122
ISBN: 978-84-8383-420-6
País edición: España
184 pág.
15,38 € (IVA no incluido)

Codescubridor en 1974 del célebre australopiteco Lucy, Yves Coppens lleva años investigando sobre el terreno (tanto en el valle del Rift africano como en yacimientos de Siberia, Mongolia o Indonesia) los orígenes del homo sapiens y explicando con sabiduría y amenidad cuestiones relativas a la genética comparada de humanos y chimpancés, la aparición del bipedismo, la alimentación de los ancestros humanos, los inicios del arte rupestre, el uso de herramientas y el surgimiento de la cultura o la aventura de la expansión humana en nuestro planeta.
Este libro surge a partir de las populares y exitosas intervenciones radiofónicas del autor en la emisora francesa France Info entre 2005 y 2007, en las que aclara y comenta de forma magistral la siempre apasionante actualidad del pasado humano, desde los descubrimientos de fósiles (algunos tan trascendentales como los del Homo Antecesor en Atapuerca o el Hombre de la isla de Flores) hasta los avances revolucionarios en el campo de la genética (que ya nos permiten soñar con la reconstrucción del adn del Hombre de Neandertal). El autor también comenta exposiciones o novedades literarias y científicas que iluminan aspectos clave de la prehistoria humana, o coloquios donde se polemiza en torno a la aparición de los primeros homínidos y sobre los rasgos que nos hacen humanos.


Los primeros prehumanos, cuya existencia se sitúa varios millones de años antes que Lucy, mi querido australopiteco, son el centro de dos obras de referencia. Primero está el libro de Michel Brunet, D’Abel à Toumaï, que habla de los descubrimientos de este paleontólogo realizados en Chad, pues Abel y Tumai fueron precisamente dos prehumanos de 3,5 y 7 millones de años de antigüedad respectivamente. El otro libro, The First Human [El primer humano], se lo debemos a Ann Gibbons, periodista científica americana muy ducha en historia de la paleoantropología. Estas dos obras tratan a la vez de nuestra disciplina, la historia del hombre, pero también de la historia de las ciencias del hombre, de la manera en que la comunidad científica, desde hace ochenta años, se interesa por los fósiles que preceden al género Homo y, por ello, ha realizado excavaciones y prospecciones, primero en África del Sur, después en África del Este y finalmente en África Central. Desde hace ochenta años, he dicho... En efecto, hete aquí que el primer descubrimiento del primer prehumano, un cráneo pequeño, lo rea lizó en 1924 en Taung, Bechuanaland, un cantero, y lo recogió un geólogo, que lo confió a un anatomista de su universidad, en Johannesburgo; este anatomista, Raymond Dart, fue el primero que consideró que debía de tratarse de un antepasado de nuestra familia, una especie de prehumano... Éste es el punto de partida de todas las investigaciones sobre esta prehumanidad realizadas después con el éxito que conocemos. Por otra parte, es la razón por la cual el libro de Ann Gibbons tiene como subtítulo The Race to Discover our Earliest Ancestors: «la carrera por el descubrimiento de nuestros ancestros más antiguos». Así se comporta, en efecto, nuestra comunidad científica, compitiendo, a veces duramente, pero también con colaboraciones y resultados de muy buena calidad.

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