lunes, 12 de agosto de 2013

En el periódico, El País, agosto de 2013: Cinco piezas fáciles / 1: El respeto de Manuel Gutiérrez Aragón



Manuel Gutiérrez Aragón, Con este relato da comienzo la serie de relatos de Manuel Gutiérrez, en este primer texto conocemos la historia de unos personajes que cuentan aquellas historias que, sin llegar a ser impactantes, les ocurre en sus vidas. Aquí os dejo el enlace al relato completo.

Luis Tinoco
(…) Apareció la mayor de las hijas, vistiendo unos vaqueros en los que lo grunge parecía natural y sofisticado a la vez.
Dijo que necesitaba bajar al pueblo, y que si yo podía acercarla. Las otras dos estaban allí, la una apuntando las cuentas en una libreta y la otra lavándose el pelo en la pila de la cocina.
El padre nos despidió en la puerta de la cabaña con una caricia a la hija y un apretón de manos a mí.
—Hay que gozar mientras se pueda, y con quien se pueda— nos bendijo.
Desde muchas noches atrás, antes de ser yo nombrado apoderado de la Caja, un hombre armado con un hacha recorría las calles echando maldiciones, amenazando con rebanar de un tajo a no se sabe quiénes ni por qué. Nunca atacó a nadie, simplemente lanzaba alaridos, sacudía el hacha y daba grandes tajos al aire.
Los habitantes de la localidad corrían los visillos, el bar entornaba la puerta como si solo se tratara de impedir la entrada a una corriente de aire. Al poco, el hombre del hacha desaparecía en la oscuridad de las calles que daban a las afueras. Era como una borrasca predecible.
Me llevé una gran sorpresa cuando me dijeron que el hombre del hacha era mi amigo, el padre de las tres guapas hermanas. Un hombre tan pacífico y tan comprensivo. (…)

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